viernes, 8 de abril de 2011

Historia y Cultura De La Provincia de SAN JOSE DE OCOA....OTRA HISTORIA DE SU FUNDACION....

Historia y Cultura

Algunos autores como Fray Cipriano de Utrera, sitúan la fundación a mediados del Siglo XVIII (1750 - 1760). Investigaciones realizadas han demostrado que, tras la desocupación haitiana de 1802, un grupo de esclavos, temiendo por su vida al regreso de los blancos, huye hacia la Cordillera Central.

Tres de ellos, con sus familias, acampan en un lugar llamado El Canal, a unos cinco kilómetros de lo que hoy es el municipio de San José de Ocoa. Por coincidencia los tres respondían al apellido Lorenzo, por lo que su fundo dio en llamarse El Maniel de Los Lorenzos.

Tiempo después, caravanas de banilejos hacían recorridos de montería en los bosques de Maniel, ricos en reses y puercos cimarrones. Su presencia provocó el abandono del fundo por parte de Los Lorenzos. Para acampar durante sus incursiones, los monteros banilejos construyeron tres ranchos ubicados en Monte Higüero, La Vigia y Sabana Larga.

Los acontecimientos en la parte oriental de la isla provocaron la crisis de la economía hatera imperante en Santo Domingo, cuyo principal comprador había sido la antigua colonia francesa. Esto, unido a la quema de Baní ordenada por el presidente haitiano Jacques Dessalines en 1805, provocaría la emigración de algunos pobladores hacia El Maniel.

Un hito que marca los orígenes de San José de Ocoa es sin lugar a dudas la huída de los jóvenes banilejos Andrés Pimentel y Lucía Tejada, quienes ante la oposición de los padres de ella a sus amores, eligieron como lugar de refugio los bosques de El Maniel. Esto ocurría por el año de 1805. A Lucía y Andrés siguieron otras familias banilejas impulsadas por la difícil situación política y económica imperante en la isla. Para el año 1810 el poblado contaba ya con unos 10 caseríos.

Es muy poca la información de que se dispone sobre el núcleo inicial de cimarrones en lo que hoy es el poblado de San José de Ocoa. Si se sabe que las sierras de El Maniel fueron durante mucho tiempo el principal abrigo de los esclavos que iniciaban una vida libre.

Como armas usaban flechas y espadas anchas y cortas que hacían con hierro y acero que compraban a los negros de la ciudad de Santo Domingo. Cultivaban la tierra, poseían carne en abundancia, recogían en los ríos tomines de oro con los que compraban ropa, bebida y otros implementos. Algunos eran católicos. Ponían cruces en sus casas y rezaban el Padre Nuestro y el Ave María, compartiendo estas prácticas con otras de carácter idolátrico.

El 28 de diciembre de 1858, mediante Ley 567, el Presidente General Pedro Santana, crea la común de San José de Ocoa. El 2 de diciembre del mismo año es inaugurado formalmente el municipio, pero el ayuntamiento sólo comienza a funcionar ocho años después, en 1866.

Por tierras ocoeñas pasaron héroes como el General Gregorio Luperón y Antonio Duvergé. También vivió allá el General de las Campañas Máximo Gómez, quien fue Secretario de la Oficina Civil y ocupó otros empleos públicos. El patriota Orlando Masara, convivió con los campesinos de Arroyo Bonito, La Horma, hasta el momento de su muerte.

Ocoa fue también escenario de combates durante la guerrilla de febrero de 1973, comandada por el Coronel de Abril, Francisco Alberto Caamaño Deñó, caído en Nizaíto después de cruentos combates con las fuerzas regulares. Son muchas las batallas que las comunidades de Ocoa han soportado en sus suelos, como Nizaíto, El Memiso, El Cercado, Los Quemados y La Mesa de Domingo. La presencia de Ocoa en acciones bélicas a lo largo de la historia ha estado determinada por su estratégica ubicación en el seno de la Cordillera Central.

San José de Ocoa ha dependido de diferentes provincias a lo largo de los años. En 1858 dependió directamente de la antigua Provincia de Santo Domingo; en 1895 pasó a ser parte de Azua de Compostela, en 1932 Trujillo creó la provincia de su nombre, hoy San Cristóbal, a la que fué adscrita San José de Ocoa, pero esta decisión no fue ejecutada oficialmente, por lo que volvió a ser parte de Azua hasta 1944. Al erigirse la provincia de Peravia, San José de Ocoa se incorpora a ésta por razones geográficas e históricas.

Durante mucho tiempo el ocoeño bailó y aún baila al ritmo de güira, tambora y acordeón, pero al paso del tiempo las cosas cambian. Era un baile compuesto por un bastonero, que era la persona que guardaba el sombrero de los bailadores; se usaba el "gabio" y el brindis, que consistía en un pedazo de yuca o de plátano con carne en una pulla de madera, que daba el parejo a su pareja como gratitud al bailar con ella. Además se ofrecía el refresco, la Malta Morena y la leche condensada.

Entre los ritmos musicales tradicionales cabe citar el merengue, el pambiche y el carabiné. Los campesinos de El Canal, en Ocoa, aportaron la "Maraca Ocoeña", consistente en un instrumento cilíndrico de madera con bolitas dentro y tapado por ambos lados, con clavos y atravesado por los medios. El sonido es similar al de las maracas tradicionales y combina armoniosamente con la güira.

Otra manifestación cultural ocoeña han sido las noches de vela y las salves. En las primeras se cantan salves y se hacen brindis con jengibre, pan, chocolate, café y mentas. Las salves son la misma cosa, pero duran sólo hasta la media noche. Estas fiestas se acompañan con la música y el baile de "Los Palos".

En algunas zonas del área rural, se usó durante algún tiempo el "Baquiní" consistente en cantos y décimas, en vez de gritos, ante la muerte de un niño. Otra manifestación muy extendida en Ocoa es la "Promesa al Santo", consistente en vestir al enfermo de blanco o de una tela especial llamada buenatuta, en cierto tiempo de caminar a pié, en llevar dinero o un miembro del cuerpo hecho en cera, o una piedra en la cabeza. Todo ello a cambio de un milagro de salud o de cambiar la situación económica.

En el aspecto gastronómico Ocoa tiene un plato típico llamado sancocho, consistente en habichuela verde con víveres blancos. Se usaba mucho en los convites para laborar la tierra o recoger el fruto. No cabe olvidar en el postre por excelencia de los ocoeños, saboreado por los nativos y los extranjeros: el dulce de higo.

Ocoa celebra sus fiestas patronales cada 21 de enero, en honor a la Virgen de la Altagracia.

Producción:

La agricultura es el sector dominante en la economía del municipio. Otras actividades económicas se reducen al comercio, pequeños talleres de ebanistería, mecánica y algunas procesadoras de productos agrícolas, como maní y café.

Las modalidades de tenencia de la tierra constituyen uno de los factores limitantes para el desarrollo del municipio. De acuerdo con el diagnóstico agropecuario de 1981, el municipio contaba con unas cinco mil fincas. Unas ocho mil familias vivían del sector agropecuario, pero 2,500 de ellas no tenían tierras propias y 1,800 disponían solamente de pequeñas fincas de hasta 2 hectáreas.

El 60% de las familias que viven del sector agropecuario sólo dispone del 2.5% de la tierra, mientras que el 2.5% de las familias que viven de la agricultura, posee, en régimen de latifundio, el 62.5% de la tierra.

En Ocoa se produce papas, habichuelas, maíz y yuca. Además guandules, cítricos, aguacate, café y guineo. Igualmente se produce leche y carne.

La población económicamente activa (PEA) de Ocoa, está constituída por 17,242 personas, de las cuales están trabajando 13,154 personas, o sea el 76% de la PEA. De las personas que se encuentran ocupadas, 1,438 son servidores públicos


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